jueves, 3 de junio de 2010

Todos los nombres. La represión Franquista en Valladolid


Mi buena amiga María me manda la convocatoria gratuita para mañana viernes 4 de junio a las 19:30 horas en la librería asociativa Traficantes de Sueños (C/Embajadores 35, local 6, barrio de Lavapiés) de la proyección del documental de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid “Todos los Nombres: La Represión Franquista en Valladolid".

El documental será presentado por María de los Llanos, Portavoz de la Coordinadora de Colectivos de Víctimas del Franquismo a la que pertenece la ARMH Valladolid, Fausto Canales miembro de la Asociación e hijo de víctima y Mªjosé Vian como miembro también de la misma y coordinadora del acto.

Os dejo el cartel del documental (que diseñe yo en su momento) y el texto de presentación que nos manda María.

Allí estaré sin falta.

Documental TODOS LOS NOMBRES de la ARMH de Valladolid

En los territorios que cayeron desde el 18 de julio de 1936 bajo el dominio franquista no hubo frente, no hubo guerra, solamente violencia y represión sobre la población civil. El terror se impuso para provocar la inmovilización y la sumisión. Bajo esta premisa, miles de vallisoletanos fueron humillados, encarcelados, fusilados o sacados de sus casas para ser asesinados y abandonados en los campos y cunetas.

El franquismo se construyó sobre el dolor, el miedo y el silencio, y han tenido que pasar muchos años para que los familiares de todas estas víctimas comiencen a tener voz y espacio. Los desaparecidos quedaron enterrados en las cunetas y el duelo por estos muertos jamás se hizo.

Las imágenes quieren mostrar la existencia de una brutal represión ejercida en toda la provincia, de forma planificada y organizada, con el objetivo de implantar el inmovilismo, el terror y el silencio. La represión del Estado alcanzó a personas de casi todos los niveles sociales y económicos de la población vallisoletana, aunque existe un grupo especialmente masacrado formado por los cargos municipales depuestos tras el 18 de julio de 1936. Alcaldes y concejales fueron sistemáticamente represaliados, “paseados” o encarcelados y juzgados por rebelión militar, ocultados unos en cunetas y otros entre los legajos de archivos hasta ahora no consultados, convirtiéndose en víctimas invisibilizadas y olvidadas. Lo mismo ocurrió con todos aquellos miembros más activos de las Casas del Pueblo o con cualquiera que resultara incómodo o planteara la más mínima sospecha de oponerse al nuevo orden. El documental combina una estructura que muestra las fases de investigación que utiliza la ARMH vallisoletana: se procesan datos procedentes de la llamada historia oral, que considera a las víctimas y a sus familiares como informantes básicos. La construcción de una memoria histórica sobre la base de recuerdos puede parecer frágil, pero es indudable que para acercarnos a las víctimas y a sus familias su voz tiene un valor único e insustituible. Y escucharlos no sólo es un modo de acercarnos a una verdad oculta y olvidada, sino un deber social y una deuda histórica.

Paralelamente, se analiza la información que proporcionan los archivos, sorprendentemente algunos nunca consultados por la historiografía académica. Esta actuación no es sólo metodológica sino que responde a la demanda de un sector de la sociedad civil vallisoletana que, después de décadas de espera y con una Democracia ya asentada, decide de manera resuelta revisar los procesos judiciales incoados a las personas represaliadas durante el Franquismo.

En tercer lugar podrán verse las exhumaciones, realizadas con el objetivo de rescatar los cuerpos de los desaparecidos y evidenciar las pruebas de los asesinatos cometidos sobre personas que oficialmente todavía no están fallecidas. Dos lugares de Valladolid ocupan un macabro privilegio en la geografía de la represión. Los Montes Torozos, donde aún hoy permanecen enterrados cientos de asesinados de todos los pueblos de la provincia, y el páramo de San Isidro, donde fueron fusilados todos los que pasaron por la farsa de los juicios sumarios.

Y por último, para cerrar este círculo, se muestra también la entrega de los cuerpos y los homenajes que este acto conlleva, satisfaciendo la demanda de los familiares de recuperar a sus seres queridos y poderlos enterrar así digna y públicamente. Se cumplen así dos obligaciones: permitir el duelo que se negó a sus familias y saldar la deuda moral e histórica al reconocer la contribución de estas víctimas a una sociedad que quisieron fuera más justa y democrática.

Nuestro único deseo es rescatar a las víctimas de esta ausencia impuesta, resaltar su memoria, y rendirles así nuestro pequeño homenaje. El silencio no es lo mismo que el olvido. El olvido es la peor de las muertes, y por ello este documental quiere ser un paso más en la reconstrucción del recuerdo y la Memoria.

Diseño: Antesdequetevayas

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